domingo, 3 de mayo de 2009


NUESTRA SEÑORA DE LUJAN
Alrededor de 1630 un portugués de nombre Farías pidió a un amigo suyo que le mandase desde Brasil una imagen de la Concepción de María para colocarla en una capilla que estaba construyendo en Sumampa.

Una vez llegadas las imágenes los troperos las montaron en una carreta y emprendieron el viaje hacia el norte; se detuvieron a las orillas del río Luján para pasar la noche; pero a la mañana siguiente se dieron cuenta de que los bueyes no podían mover la carreta a pesar de que le quitaran peso. Con gran esfuerzo bajaron la caja que contenía la imagen de la Inmaculada Concepción y sólo así pudieron los animales mover la carreta. Los troperos entendieron esto como una señal de que la imagen debía quedar en ese lugar para ser venerada.

Comenzaron a divulgar lo sucedido y a venerar a la Virgen en un pequeño oratorio construido en el mismo sitio; acción a la cual Ella correspondió con varios prodigios y milagros.

En la actualidad podemos ser testigos de estos milagros como así también visitar a Nuestra Madre en su Santuario, elegido por ella misma como casa entre los argentinos.

Su fiesta la celebramos cada 8 de mayo, en agradecimiento a tantos beneficios recibidos por su intercesión.